miércoles, noviembre 2

Der Ring des Nibelungen: Das Rheingold


de Richard Wagner
París, 01/11/2005
Théâtre du Châtelet
Dir: C.Eschenbach


Wotan: "Afin de t´avoir pour épouse, j´ai sacrifié l´un de mes yeux"

Prólogo:
Las óperas de Wagner son como un acto de redención. Sólo así se puede explicar que el espectador dure, galvanizado, casi 3 horas de pie cuando la visibilidad es limitada. Si al siempre oportuno Woody Allen le provoca “invadir Polonia” al primer acorde wagneriano, el público parisino sin duda invade las taquillas al simple rumor de una nueva producción de las obras del compositor alemán. Esta primera parte de los Nibelungos, que el Châtelet retoma en abril para completar durante ese mes la Tetralogía, la montó en Zurich para las temporadas 2000-2002 el aclamado director y coreógrafo americano Robert Wilson, maestro que sabe hacer de la simpleza una virtud.

Sinópsis:
La opera fundacional del Mito de los Nibelungos, que supone dar los primeros albores del drama posterior, es ante todo un juego político: está dominado por presiones, promesas y engaños. Wotan, el Dios de Dioses, prometió a los Gigantes Fafner y Fasolt, a cambio de ser los arquitectos de su fortaleza de Walhalla en la mítica montaña del Burg, a la diosa Freia, hermana de su esposa Fricka. Freia es diosa de la eterna primavera: ella, recolectora de las manzanas de oro, permite a los dioses vivir sin jamás envejecer. Pero Wotan no es un dios magnánimo, su autoridad se asienta sobre su poder más que sobre sus (escasas) virtudes. Wotan recuerda al monarca débil de las épocas decadentes, evoca ligeramente a un presidente colombiano en ejercicio.
Pero en fin, los Gigantes, una vez culminada la morada deseada por el rey de dioses, se dirigen hacia él y le reclaman su parte del contrato: Freia. Wotan cede al lamento de su esposa Fricka que no quiere ver como su hermana es hecha víctima del placer de dos seres pesados y torpes que no pertenecen al mundo divino. Interceden más dioses, en ayuda del lamentable Wotan, incapaz de toda habilidad política, pues tampoco quieren perder su juventud por un capricho de rey. En especial Loge, creador del fuego pero a la vez el príncipe maquiavélico de esta historia. Así, antes de que acabe el día, los dioses prometen entregar el Oro del Rhin y no a Freia, que yace prisionera de los Gigantes como moneda de cambio.
Lo que hace especial al Oro del Rhin es, además de su valor, su capacidad intrínseca de forjar un anillo (el Ring) que permite la dominación absoluta sobre la Tierra. Loge lo sabe y convence a Wotan de ir a por este preciado tesoro de reserva incalculable, en el mundo subterráneo de Nibelheim. Del Oro son vigilantes las Rheintöchter, las Doncellas del Rhin, pero lo pierden cuando en el primer cuadro, el perverso amo de los Nibelungos, Alberich, maldice el amor a cambio del Oro y espanta a las Doncellas.
Ya en las tinieblas de Nibelheim, el vil y vanidoso Alberich cae en la trampa retórica del zorro de Loge y al convertirse en un sapo por cuenta del casco mágico forjado por Mime, hermano de Alberich, es aprehendido por los visitantes, que lo llevan de nuevo a la superficie. Allí, lo obligan a entregar el Oro robado a cambio de su libertad, al tiempo que el Anillo forjado. No teniendo otra opción, Alberich lo hace pero deja una maldición: el dueño del Anillo sólo conocerá la ruina.
Wotan, ambicioso pero ignorante de la maldición de Alberich, pretende entonces quedarse con el Anillo y entregar a los Gigantes no más que el Oro mítico. La Diosa Erda hace su aparición para salvar a la humanidad de la ruina advirtiendo a Wotan de los peligros del Anillo.
Este se lo entrega finalmente a los Gigantes a cambio de la liberación de Freia. El “capítulo” se concluye entonces con la disputa entre los Gigantes por la posesión del Anillo y la muerte de Falsot en manos de su hermano Fafner, mientras los dioses se dirigen finalmente, en un puente de arcoiris, a su nueva morada de Wallhala. Las Doncellas lamentan en vano la pérdida del Oro.

Comentario:
El montaje, lejos de la sobresaturación escénica en que se puede convertir una representación de la Tetralogía, es puro visualmente, y se concentra en el juego de luces y los efectos de la tramoya. Las voces mantienen todas el brío necesario de casi 3 horas de drama sin entreacto alguno. La continuación de la Tetralogía se dará en abril.

1 comentario:

Anónimo dijo...
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